Antón Martín, mucho más que una plaza madrileña.

No son pocos los madrileños que aseguran que esta plaza en realidad no existe, basándose en el curioso hecho de que carece de numeración propia, considerándose como un simple ensanchamiento de la calle de Atocha, y sin embargo ahí esta esta plaza o plazuela dedicada a Antón Martín, una más de las curiosidades que esta sorprendente ciudad que es Madrid, ofrece a propios y extraños.

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Puerta de entrada a los barrios de Lavapies y Las Letras, dos de los barrios mas representativos de Madrid, ya aparece en el plano de Pedro deTexeira como la Plazuela de Antón Martín, junto al portillo de la cerca de Felipe II. Desde el siglo XIII se encontraba en los limites del arrabal de Santa Cruz junto con la Puerta de Vallecas, un modesto acceso a Madrid, muy cercano a esta plaza, que durante el reinado de Felipe IV sería derribado, construyéndose en 1625 una nueva puerta con el mismo nombre en las inmediaciones del convento de Nuestra Señora de Atocha, como parte de la cerca de Felipe IV. La última puerta con este nombre fue construida por Ventura Rodríguez en 1769, siendo demolida a mediados del siglo XIX.

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En la misma zona se encontraba la ermita de San Sebastián, que años mas tarde desapareció tras la fundación de la parroquia del mismo nombre en 1541 por el licenciado Francos, párroco de Santa Cruz. El 23 de marzo de 1766 se inició en la Plaza de Antón Martín el Motín de Esquilache, como protesta contra el marqúes de Esquilache, ministro de Carlos III, consecuencia del creciente descontento de los madrileños a causa de la subida del precio del pan y de otros productos de primera necesidad, así como la prohibición del uso de capas largas y sombreros de ala ancha usados por los madrileños que deberían ser sustituidos por capas cortas y sombreros de tres picos, alegando que dichas prendas facilitaban el ocultamiento de los rostros y las armas que solían portar los delincuentes. Desde la plaza de Antón Martín, la enfurecida multitud se dirigió hacia el domicilio del marqués, situado en la casa de las Siete Chimeneas. Carlos III, ante la gravedad de la situación se vio obligado a dejar Madrid, llegando incluaso a plantearse trasladar la capital de España a otro lugar. Con el cese del marqués de Esquilache se solucionó el problema que estuvo a punto de costarle el trono de España al monarca.

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Durante casi ciento cincuenta años presidió esta plaza la fuente de la Fama, obra de Pedro de Ribera, que hoy se encuentra en los jardines que llevan precisamente el nombre del arquitecto, junto al Museo de Historia de Madrid y sobre la que escribí en una entrada anterior.

 En 1869 el licenciado en Farmacia Miguel González Gallardo fundó la farmacia El Globo y a comienzos del siglo XX, el arquitecto Teodoro Anasagasti llevo a cabo el proyecto del Monumental Cinema con aforo para mas de 4o00 personas que desde 1970, acoge los conciertos de la orquesta sinfónica de RTVE.

 

En el centro de la plaza podemos ver el monumento levantado en homenaje a los abogados laboralistas, asesinados por terroristas afines a la extrema derecha en el número 55 de la calle de Atocha, el 24 de enero de 1977.

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Antón Martín es también, y sin duda es por esto por lo que es más conocida, una estación del Metro de Madrid perteneciente a la linea 1, que fue inaugurada el 26 de diciembre de 1921.

Hasta aquí os he hablado de la plaza de Antón Martín, pero, ¿Quien fue realmente Antón Martín, el verdadero protagonista de esta entrada?

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Antón Martín, nació en la villa conquense de Mira, el 25 de marzo de 1500. Era hijo de dos campesinos acomodados, Pedro de Aragón y Elvira Martín. La muerte del padre cuando Antón Martín era aun muy joven sumió a la familia en una situación dificil, por lo que la madre decidió casarse de nuevo,una decisión que no gustó a Antón y su hermano Pedro, que decidieron emanciparse. Antón se vino a Madrid para poco después trasladarse a Valencia donde se empleó como soldado. Allí se encontraba cuando su hermano fue asesinado por Pedro Velasco, en Guardafortuna, un pueblo de la provincia de Granada. El motivo parece ser que fue que Pedro Martín se negó a contraer matrimonio con alguien muy cercano a Pedro Velasco. Cuando Antón Martín recibe la luctuosa noticia, solicita permiso para trasladarse a Granada, pero al llegar a Guardafortuna la familia Velasco ha huido, aunque finalmente serán prendidos y Pedro Velasco condenado a morir en la horca. En Granada causo gran conmoción la condena de Velasco, hasta el punto de que fueron numerosos los granadinos que solicitaron el perdón de la pena máxima. Sin embargo existía un grave problema, ya que dicho perdón dependía del beneplácito de los familiares de la victima, en esta caso de Antón Martín.

Es en este momento cuando Juan de Dios, que se encontraba en Granada recaudando el dinero necesario para construir un hospital para los más desfavorecidos, entra en escena abordando a Antón Martín en la calle de la Colcha con el único objetivo de convencerle de las virtudes del perdón.

“Antón Martín, vengo para pediros y rogaros que así perdone este divino Señor crucificado vuestras culpas, que perdonéis la que cometió contra vuestro hermano vuestro contrario, perdonad a vuestro enemigo y seréis amigo de Dios”

Finalmente Juan de Dios consiguió que Antón, intercediera ante la Chancilleria de Granada para salvar la vida del asesino, logrando por añadidura que ambos se unieran a su, por aquel entonces, escaso número de discípulos.

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Durante el resto de su vida, el cofundador del hospital de Granada, Antón Martín fue adquiriendo la calidad de discípulo predilecto, y así se reconoce en la última voluntad de su maestro cuando es a él a quien encomienda que continúe su obra. Juan de Dios fallece el 8 de marzo de 1550, momento en el que Antón Martín recoge su testigo, se coloca al frente de su orden, y se traslada a Madrid donde fundaría el 3 de noviembre de 1552 el hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios para atender lo que entonces se llamaban enfermedades ver­gonzantes, llegando a contar con 243 camas distribuidas en diez salas, seis para hombres y cuatro para mujeres. El hospital estaba situado en unos terrenos contiguos a esta plaza, donde hoy están el cine Doré y la parroquia del Salvador y San Nicolás, que fueron adquiridos al contador del rey Her­nando de Somontes y a su esposa Catalina de Zapata. Estaba situado en unos terrenos situados entre el cine Doré, el mercado de Antón Martín y la parroquia de San Salvador y San Nicolás, prestando sus servicios asistenciales a la ciudad de Madrid hasta el final de la Guerra de la Independencia. En su iglesia, construida el mismo año de la construcción del hospital y restaurada en 1798 fue enterrado Antón Martín, tras fallecer el 24 de diciembre de 1553, restos que en la actualidad se encuentran en la iglesia del hospital de San Rafael, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Después la desamortización de Mendizabal llevada a cabo entre 1836 y 1837, el hospital pasó a ser regentado por la Benefi­cen­cia, y en 1899 fue derribado, edificándose en el mismo lugar la iglesia  del Salvador y San Nicolas. La iglesia fue incen­diada durante la Guerra Civil y en su lugar se edificó la que podemos ver en la actualidad. 

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Juan de Dios supo rápidamente apreciar las grandes cualidades de su nuevo discípulo por lo que se dispuso a formar su alma para sucederlo. Así cuando Juan de Dios tenía que ausentarse, dejaba a Antón Martín como hermano mayor, participando activamente  en la fundación del nuevo y definitivo hospital de Granada fundado en 1552, junto con Juan de Ávila y el arzobispo Pedro Guerrero, ya que el hospital de la calle Gomeles se había quedado pequeño ante la gran afluencia de necesitados.Tras el fallecimiento de Juan de Dios, Antón Martín fue confirmado como hermano mayor, siendo entonces cuando realizo un viaje a Madrid, pasando antes por Toledo donde visitó a Leonor de Mendoza, una de las bienhechoras de Juan de Dios. Una vez en Madrid se entrevistó con el príncipe Felipe y su hermana la infanta Juana a quienes expuso las necesidades del hospital de Granada, consiguiendo grandes donativos en metálico y la propuesta de fundar un nuevo hospital en la villa. Tras conseguir los permisos de la Casa Real y del Arzobispado de Toledo, comenzó las obras del que sería el Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios, también conocido como Hospital de Antón Martín.

La Plazuela de Antón Martín el el plano de Pedro Teixeira 2

Antón Martín es, tal y como hemos podido leer hasta aquí, bastante más que una plaza madrileña.

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